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miércoles, 8 de junio de 2011

INFORMACION DE PRENSA

EL AJUSTE DE PLANTILLAS EN LAS CAJAS ESTARA RESUELTO EN DICIEMBRE

08.06.2011 Salvador Arancibia 
Las cajas tienen margen hasta julio del próximo año para cerrar oficinas y reducir plantillas, pero es posible que el proceso termine antes de fin de año ante la presión del supervisor.
Los planes de viabilidad diseñados por las cajas de ahorros en proceso de concentración por la vía tradicional de las fusiones o de su transformación en bancos contemplan la reducción de las plantillas en una horquilla comprendida entre el 12% y el 18% de las mismas y un cierre de oficinas que oscila entre el 10% y el 25%, según fuentes oficiales. Ello supone en materia de empleo la salida de unas 13.000 personas de las cajas.
Los acuerdos de fusión o de transformación en bancos, aprobados por el Banco de España, establecen un máximo de dos años para llevar a cabo dicha reducción de la capacidad instalada a contar prácticamente desde la aprobación de la nueva ley de cajas, es decir desde julio del año pasado.
Según fuentes sindicales el proceso se está llevando con una celeridad importante y es casi seguro que el ajuste de plantilla y el cierre de oficinas se complete antes de que finalice el presente ejercicio y algunas de ellas, las cajas catalanas que optaron por la fusión tradicional y las iniciaron con cierta anticipación, es muy probable que lo culminen antes de que comiencen las vacaciones de verano.
Presión
La razón que explica esta mayor rapidez en la ejecución de los planes tiene que ver con el deseo de varios grupos de cajas transformados en bancos de salir a cotizar en los mercados para alcanzar los mínimos de capital exigidos por las autoridades de supervisión y en la presión el Banco de España para que lo lleven a cabo lo antes posible.
No es lo mismo, señalan en el mundo de las cajas, hablar con los inversores y decirles que se va a llevar a cabo un proceso de adelgazamiento, y por lo tanto de contención de costes, que poder decirles que está muy avanzado o a punto de terminarse. Los ahorros de costes recurrentes hasta entonces se transforman en beneficios potenciales recurrentes y eso implica una mejor valoración de los nuevos bancos, algo de lo que están muy necesitados todos los que quieren estar en el mercado en los próximos meses o semanas.
Las bajas se están consiguiendo, reconocen fuentes sindicales, sin especiales problemas. Y da lo mismo que se trate de prejubilaciones o de bajas incentivadas. Hay más peticiones que previsiones de ajuste de la plantilla. Ello tiene mucho que ver con dos causas: las condiciones generales ofrecidas son buenas y los trabajadores saben que el proceso es inevitable.
En general, las prejubilaciones afectan a quienes tengan 55 años antes de finales de este año y lleven 10 años en la caja y se establece que el salario neto a percibir no podrá superar el 95% del salario neto de los doce meses anteriores. A ese porcentaje se llega por dos vías: el dinero efectivo que las cajas abonan no puede superar el 80% del salario que percibía el trabajador.
Juntando ambos conceptos había numerosos casos en los que la retribución real del prejubilado superaba el 100% del salario efectivo que había venido recibiendo mientras estaba en activo. Fue algo que se consideró que no debía producirse y por eso en los acuerdos laborales se estableció que en ningún caso la cantidad a recibir superara el 95% del salario anterior.
En realidad, las prejubilaciones importantes de los grandes bancos se llevaron a cabo después de los procesos de fusión en que estuvieron inmersos. En esas fusiones afloraron plusvalías en sus balances que fueron declaradas exentas de pagar el impuesto de sociedades y que fueron incorporadas a las reservas voluntarias; reservas de las que salieron los recursos para hacer frente a las prejubilaciones y por lo tanto, señalan en medios de las cajas, no es totalmente cierto que las prejubilaciones bancarias corrieran totalmente a cargo de las entidades; una parte correspondió a los impuestos ahorrados de las plusvalías afloradas.
En las bajas incentivadas ocurre lo mismo que en las prejubilaciones. En general se ha establecido una indemnización de 45 días por año trabajado, con un tope de 42 mensualidades, a las que hay que sumar una cantidad fija y lineal para todos en función de la antigüedad en la plantilla. Esta cantidad oscila entre los 10.000 euros y los 30.000.
El proceso de adelgazamiento de plantillas y oficinas está siendo controlado estrictamente por el Banco de España que pide información pormenorizada a las cajas de forma continua. Y presenta ciertas dificultades porque hay que casar la reducción de los servicios centrales de varias cajas, o su desaparición completa, con el ajuste de plantillas en las oficinas y con el cierre coordinado de éstas.
Pero también habrá que tener en cuenta el personal sobrante como consecuencia del cierre de oficinas al que habrá que recolocar en otras agencias a su vez.
Finalmente, los prejubilados y quienes se vayan voluntariamente, mantendrán sus derechos generados en los fondos de pensiones existentes y a los prejubilados las cajas les seguirán aportando a esos fondos las cantidades acordadas hasta que lleguen a la edad de jubilación.
Prejubilaciones y desempleo
Las prejubilaciones se están llevando a cabo mediante expedientes de regulación de empleo en los que se establece que durante los dos primeros años quienes se acojan a ellas percibirán el dinero que les corresponda en concepto de desempleo y que las cajas les complementarán esa cantidad hasta llegar como máximo al 95% del salario anterior.
El pasar por el desempleo ha sido criticado por algunos por entender que, al ser empresas con beneficios (solo las cajas intervenidas han declarado pérdidas en estos años) no debería admitirse y además se ha dicho que existe discriminación con los bancos que pagaron sus grandes programas de prejubilaciones con cargo a reservas de la entidad.
Concentración acelerada
La concentración del sector de cajas está siendo muy importante. Se ha pasado de un total de 45 entidades a apenas 15, habiendo 43 de las iniciales que participan de un modo u otro en el proceso. El volumen medio de activos gestionados ha pasado de 25.500 millones de euros a 85.500 millones.
Las cifras conocidas de reducción de oficinas y de plantillas muestran el adelgazamiento a que se están sometiendo.
Tomando como referencia finales de 2008, que es el momento de mayor auge de las cajas, el número de oficinas ha descendido algo más de 10% de las entonces existentes y a finales de marzo se contabilizaban 22.442. Las plantillas han adelgazado en el mismo periodo de tiempo en un 7,9% y suman en la actualidad algo menos de 125.000 personas. Aun faltan por ajustar entre 3.000 y 4.000 personas.