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domingo, 23 de enero de 2011

NOTICIAS DE PRENSA

El banco de Cajastur se ve fuera del grupo de cajas que deberán reforzar su capital

La entidad descarta ahora la entrada de inversores, aunque considerará su salida a Bolsa a más largo plazo

El Gobierno encuentra resistencias en la patronal CECA a su nuevo plan para acelerar la bancarización del sector
Oviedo, Agencias / L. G.

El banco resultante de la «fusión virtual» protagonizada por Cajastur, Caja Mediterráneo, Caja Cantabria y Caja Extremadura considera que, por sus niveles de solvencia, no necesitará reforzar su capital social ni con la incorporación a corto plazo de inversores privados ni mediante la nueva inyección de dinero público que el Gobierno prepara para impulsar la reordenación financiera. Ese plan del Ejecutivo, que implica cambios legales para acelerar la bancarización de las cajas de ahorros, ha sido recibido con resistencias en el sector. Sobre el papel, se abren las puertas a nacionalizaciones parciales y temporales de las entidades con más problemas y también a la privatización de la última banca semipública española.

La confirmación de que el Gobierno está perfilando, junto al Banco de España, nuevas medidas para las cajas ha tenido mala acogida en la cúpula de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). Según distintas informaciones, el presidente de la CECA y también primer directivo de la Caixa, Isidre Fainé, ha expresado un profundo malestar por la iniciativa del Gobierno, que hace apenas seis meses negoció con el propio Fainé la reforma legal que ha guiado los movimientos de las cajas. Aquella reforma dejó abiertos varios caminos -los «trajes a medida», según expresión recogida en el sector- para que las entidades abordaran operaciones (fusiones, profesionalización, recapitalización...) que mejoraran su fortaleza y su credibilidad ante los mercados.
En este tiempo y por los comentados procedimientos, las 45 cajas iniciales se han reducido a 18, pero en varios casos los resultados no convencen ni al Banco de España ni al Gobierno, indicaron fuentes del sector, bien porque el grado de integración y de despolitización no se considera satisfactorio (caso de la fusión liderada por Caja Madrid), bien porque persisten dudas sobre la consistencia de las entidades resultantes (casos de las fusiones en Galicia o Castilla y León).

Aunque el Gobierno no ha divulgado aún detalles, se espera que el nuevo plan busque imponer la transformación de las cajas en bancos, en línea con la operación de Cajastur y sus socios (cesión de todo el negocio financiero a un banco participado por las cajas, que subsisten) o incluyendo también la transformación de las cajas en fundaciones, opción esta última que incomoda a parte del sector. Se entiende que resulta menos eficaz y que puede colisionar con el propósito de despolitizar la gestión.

El otro frente es la recapitalización de las cajas, dañadas por su exposición al riesgo inmobiliario y con severas dificultades para conseguir liquidez en los mercados internacionales justo en un año en el que el conjunto del sector financiero español tiene que hacer frente a vencimientos de deuda por valor de casi 100.000 millones de euros. El Ejecutivo ha dado a entender que pretende abrir más la puerta a la entrada de capital privado, opción ya contemplada, aunque con límites, en la reforma de julio de 2010.
El Gobierno presume que habrá cajas con graves dificultades y necesidades de capital que no conseguirán captar entre los inversores privados. Ahí entrará en juego la reforma del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob). Hasta el momento, el Frob ha inyectado más de 11.000 millones (ver gráfico superior) en las cajas que han abordado fusiones. Se trata de préstamos a devolver con un interés superior al 7%. Ahora se plantea que el Frob entre en el capital de alguna caja, mediante nacionalizaciones parciales y temporales (cinco años como mucho). Al estilo de los rescates que al principio de la crisis financiera global se realizaron en EE UU y Reino Unido.

El banco de Cajastur se ve fuera de las entidades que necesitarán recapitalizarse con urgencia, sea con dinero privado o público. Las fuentes consultadas remarcaron que la entidad tiene una de las ratios de solvencia más altas del país y que superaría con éxito los más exigentes «test de estrés» de la UE. A más largo plazo, el banco sí considerará su salida a Bolsa, han reconocido otras veces directivos del banco.