Desde el entendimiento, con la intención de crear un entorno en el que el diálogo sea para todos y para el fomento de la solidaridad entre compañeros. |
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A
pesar del ruido y la politización en las últimas semanas a raíz del Día Internacional de la Mujer Trabajadora,
la pandemia nos ha demostrado la importancia de reivindicar en esta fecha los
derechos de las mujeres, pues de nuevo han sido estas las más afectadas en esta
crisis.
La última Encuesta de
Población Activa (3T 2020) nos ayuda a comprender el papel crucial de las mujeres en la primera
línea de protección de la ciudadanía, pues en los peores momentos del coronavirus
quedarse en casa fue la estrategia clave contra la pandemia.
Nuestro sector se apoyó en el teletrabajo como medida de
prevención ante los contagios. Y aunque el papel del hombre en las tareas del
hogar cada vez está más presente, las cifras nos muestran que las mujeres
aumentaron en mayor medida las 27 horas que ya venían dedicando semanalmente al
ámbito privado (13 horas más que los hombres, según la Encuesta Nacional de
Condiciones de Trabajo de 2015) combinando el trabajo a distancia, con el apoyo
a las tareas escolares de los hijos, tareas domésticas y de cuidados.
Tal situación, claramente insostenible, ha
obligado a muchas a recurrir a bajas y reducciones de jornada con sus
consecuencias económicas, presentes y futuras, sobre todo en materia de
prestaciones. La renuncia al empleo es un riesgo particularmente grave
en los hogares monoparentales encabezados por mujeres, que en 2019
representaban el 80% del total.
La pandemia nos ha vuelto a demostrar, que la
igualdad pasa por la conciliación. Pero que ésta no puede resolverse solo con reducciones de
jornada, permisos retribuidos y otras medidas trampa que para muchas
mujeres merman las posibilidades de promoción.
El cambio de siglo nos trajo sin duda alguna,
la 4ª Revolución Industrial. Y como advierte el Foro Económico Mundial
-en su informe sobre el futuro de los empleos 2020- la ausencia
de políticas dinámicas de género traerá mayor desigualdad entre hombres y
mujeres, agravadas por el doble impacto de la transformación tecnológica y la
recesión económica tras la pandemia.
Es momento, pues, para exigir a Liberbank un firme compromiso para que el reciente aprobado Plan de Igualdad y su desarrollo esté integrado en toda la gestión de la empresa, tanto en el conjunto de su actividad como en todos sus niveles jerárquicos.
Hoy en día son las mujeres, mayoría dentro de las plantillas de todos
los bancos. No así en puestos directivos. Y tras la crisis del coronavirus estas
cifras indudablemente van a descender escandalosamente. Y este retroceso como Sociedad, no podemos permitírnoslo.
En STC-CIC seguiremos trabajando con honestidad, seriedad y rigor en los complicados momentos que nos está tocando vivir.
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