Desde el entendimiento, con la intención de crear un entorno en el que el diálogo sea para todos y para el fomento de la solidaridad entre compañeros.
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A modo de conclusión sobre todo lo que hemos comentado en
anteriores circulares relativo al acuerdo firmado en el ERE 532/13, queremos
destacar en ésta los motivos, que enumeramos a continuación, que han llevado a
STC-CIC a no suscribirlo:
1. Con la anulación que conseguimos del anterior ERTE en la
Audiencia Nacional, en STC-CIC sabíamos que no íbamos a evitar sufrir recortes.
Tan solo pretendíamos comenzar nuevamente de “0” y poder tener una segunda
oportunidad para, entre todos, arreglar los desaguisados perpetrados por otros
anteriormente. Con nuestro escaso 2% de representatividad logramos anular dicho
ERTE y volver a sentar a negociar en una mesa a la patronal y a los grandes
sindicatos. Y en dicha mesa también conseguimos que la negociación se
desarrollara tomando como base el documento de trabajo elaborado por STC-CIC.
Lástima que no se haya aprovechado la coyuntura, porque se ha vuelto a incurrir
en los mismos errores: nuestro documento de trabajo se ha modificado tanto por
los firmantes que el resultado final ha desembocado en un acuerdo que sigue
siendo discriminatorio y subjetivo, y las medidas que nos aplican continúan
siendo desproporcionadas.
2. En STC-CIC pretendíamos que ningún trabajador tuviera
reducciones salariales por tablas y que todas fueran mediante la reducción de
jornada, ya que de esta forma todo el salario dejado de percibir computa para
la prestación por desempleo, mientras que con la primera fórmula no. En el
nuevo acuerdo esto no se ha conseguido pues siguen existiendo 1.100
trabajadores sujetos a reducción salarial por tablas.
3. En STC-CIC pretendíamos que, salvo los compañeros que
tienen los salarios más bajos, todos los demás contribuyéramos al ahorro de
costes con el mismo porcentaje de reducción de jornada/salario, sin
diferencias. En el nuevo acuerdo esto tampoco se ha conseguido, pues siguen
existiendo, no tres clases de trabajadores como antes (porcentaje mínimo, 30% y
50%), sino que ahora hay cuatro: porcentaje mínimo, 18%, 30% y equipo directivo,
que además se ven discriminados con respecto al resto de la plantilla.
4. Según la información que teníamos, la reducción media de
costes laborales que produjo el ERTE anulado fue de un 18%. Con esta base, en
STC-CIC nos fijamos como techo que el porcentaje máximo de reducción de
jornada/salario que estábamos dispuestos a asumir en un acuerdo estuviera
alrededor de ese porcentaje. En el nuevo acuerdo existen 1.250 compañeros con
un porcentaje del 30%.
5. El ahorro de costes laborales pretendido por la empresa
es de 100 millones de euros anuales, pero en STC-CIC consideramos que las tres
cuartas partes de dicha cantidad es el máximo que deben asumir los
trabajadores. Los compromisos adquiridos por Liberbank con Europa y con las
Autoridades Monetarias Españolas indican un objetivo de reducir un 25% los
costes, mediante los gastos de personal y los gastos generales, pero la
empresa pretende que toda esa reducción la soporten los trabajadores. En
STC-CIC no aceptamos esta opción. En todo momento estuvimos solicitando que se
nos informara en la mesa de la reducción prevista en los gastos generales,
información que la empresa siempre se negó a aportar, porque entendían que no
era competencia de dicha mesa.
6. En las valoraciones de ahorro de costes que hacía la empresa sobre las
propuestas sindicales nunca incluía la partida del ahorro que le supone la
reducción en las cotizaciones que hace a la Seguridad Social en la cuota
patronal como consecuencia de la reducción de jornada que nos aplican, y fuimos
incapaces de que nos facilitaran un dato creíble, por lo irrisorio que resultó
ser el que nos dieron, del que pedimos que se aclarase cómo se llegaba a esa
cantidad: la callada fue su respuesta. Computando esta partida como ahorros de
costes, sospechamos que se podría haber alcanzado un acuerdo con un porcentaje
de reducción único para todos y más bajo que los acordados ahora.
7. En STC-CIC también pretendíamos acabar con la
desregulación horaria que veníamos sufriendo en los últimos meses, y esperábamos
que con el nuevo acuerdo se consiguiera una unificación de horarios (respetando
las jornadas anuales establecidas según territorios, por supuesto) para
conseguir una mejor atención a nuestros clientes. Pues bien, lejos de arreglar
el problema, ahora se ha empeorado, pues tras el nuevo acuerdo, el número de
diferentes horarios existentes en Liberbank asciende ya a 107. Algo realmente
demencial, organizativamente hablando.
8. En STC-CIC también pretendíamos que la duración máxima de las medidas no
excediera de dos años. Entendemos que con los datos que han hecho públicos en
los últimos meses, no era necesario sacrificar a los trabajadores por más
tiempo del indicado. Pues bien, el nuevo acuerdo fija el período de duración
del ERTE en tres años y medio. Y si fuera necesario aplicarnos algún tipo de
medida adicional, cosa que no tiene por qué darse si la gestión de la entidad
es correcta, siempre podría haber una nueva negociación con los datos a esa
fecha, y sin duda mucho menos dañina que lo pactado ahora, porque la excusa de
2012 ya no serviría.
9. Desde STC-CIC tratábamos de evitar la suspensión de los beneficios
sociales, así como el descuelgue del Convenio Colectivo. No solo se ha
mantenido la suspensión de beneficios sociales, sino que en las cláusulas de
descuelgue del convenio han incluido la no aplicación del incremento salarial
previsto para 2014; ni siquiera se ha acordado el aplazamiento de su
aplicación, sino que lo que se ha acordado es que nuestras tablas salariales
siempre estarán reducidas con respecto a las del resto del sector, porque nunca
se nos aplicará el incremento salarial de este año.
10.
Aunque algunos compañeros han mejorado en alguna
cuestión, principalmente en lo relativo al porcentaje de reducción
jornada/salario, lo cierto es que en cómputo general, el acuerdo no mejora en
mucho lo que ya teníamos anteriormente. El motivo es muy claro: la empresa
mantiene la cifra anual de ahorros de costes que siempre ha tenido prevista,
por lo que el nuevo acuerdo se ha limitado a cambiar de sitio los recortes. Es
decir, que si se mejora ligeramente en algo, el coste que supone para la
empresa se traslada a otro concepto de los que han empeorado y listos: unos
consiguen mantener el nivel de ahorros que tenían anteriormente y otros mejoran
a quien les conviene y maquillan todo con este nuevo acuerdo. Con el agravante
de que ahora se han reducido enormemente las posibilidades de acudir a los
Tribunales con unas mínimas garantías de éxito.
Podíamos continuar argumentado razones para la no firma
del acuerdo, pero pensamos que aquí están expuestas las de mayor peso. Llegados
a este punto y una vez analizado el nuevo acuerdo y expuestos los motivos por
los que STC-CIC no lo ha firmado, llega el momento en el que cada uno ha de
meditar al respecto y sacar sus propias conclusiones, con una visión global y
no particularista, acerca de lo que ha supuesto esta segunda oportunidad que
logramos darnos para la plantilla de Liberbank y que no se ha sabido aprovechar.
Para nosotros está claro: nos lleva a una injustificada precarización de nuestras
condiciones laborales.
y por qué no denunciasteis?
ResponderEliminarPorque, analizada jurídicamente la situación, en esta ocasión pensamos que hay mayores posibilidades en demandas individuales y estas tendrán más posibilidad de éxito sin el Conflicto Colectivo que con él.
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