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martes, 23 de octubre de 2012

NOTICIA DE PRENSA

La troika no se cree los planes de las entidades suspendidas y pide más dureza al BdE


El Confidencial

Los planes de recapitalización de las entidades financieras que fueron suspendidas en los test de estrés de Oliver Wyman no han convencido a la troika (Comisión Europea, BCE y FMI), quien ha pedido al Banco de España que sea más severo con ellas y también que acelere el proceso todo lo posible. Hablamos de Popular, BMN, Liberbank y Caja3. Dentro de esta actitud exigente, los 'hombres de negro' tampoco aprueban los escasos recortes de capacidad propuestos por las nacionalizadas -BFA-Bankia, CatalunyaCaixa, NovaGalicia y Banco Valencia- y exige unos mayores sacrificios.

Según fuentes conocedoras de las negociaciones, la troika encuentra los planes de estas entidades "difíciles de cumplir cuando no directamente disparatados". "Lo que no quiere es que pase otra vez lo de Bankia, que un mes después de aprobarse su último plan de recapitalización tuvo que ser nacionalizada con el mayor rescate de la Historia", añaden. "Tienen demasiadas malas experiencias con la reestructuración financiera española como para fiarse de que esta vez los planes sí van a dar resultado".

Fuentes de estas entidades aseguran que "a la troika todo le parece poco y siempre pide más, por muy duro que sea un plan, se ha ido al extremo y eso puede ser muy negativo para el sector. Es como aplicar sólo políticas de austeridad sin estimular el crecimiento, una receta para el desastre de la economía". "El problema no es el Banco de España, es la troika, que es la que está tomando todas las decisiones y la que nos tiene en la cuerda floja", según otra de estas entidades.

Como informó El Confidencial, BMN (Mare Nostrum) ha presentado un plan en el que sólo solicita 500 millones frente a los 2.208 millones de déficit detectado por Oliver Wyman en su escenario adverso. Liberbank, por su parte, pretende captar los 1.198 millones que necesita entre inversores privados mediante una ampliación de capital, aunque eludir el dinero público supone que debe conseguir 650 millones con venta de activos y negocios antes de fin de año. Caja3 se ha quedado en una situación muy complicada tras la ruptura de su fusión con Ibercaja y Liberbank,y parece imposible que esquive el rescate europeo con unas necesidades de capital de 779 millones.

Como es sabido, el Popular pretende cubrir su déficit de 3.223 millones con una macroampliación de 2.500, a la que se sumarán excesos de capital no contabilizados por Oliver Wyman, retención de beneficios y venta de activos. Esto se enmarca dentro de un plan que contempla un saneamiento de su exposición inmobiliaria por 9.300 millones, lo que provocará pérdidas de 2.300 millones este año, así como la supresión del dividendo sine die. Finalmente, Ibercaja necesita sólo 226 millones en solitario, por lo que lo tiene más fácil que sus competidores para que la troika apruebe su plan sin ayudas públicas.

Plusvalías ilusorias

Todos estos planes contemplan la obtención de fuertes plusvalías mediante la venta de activos no estratégicos, pero "eso es imposible porque acumulan minusvalías en casi todas las participadas", según un banco de inversión. "Como mucho, empatan, porque la bajada de los APR (activos ponderados por riesgo, el denominador del ratio de capital) compensa estas pérdidas. Los que incluyen plusvalías en sus planes esperan que el Ibex suba un 20% antes de diciembre o que va a aparecer alguien dispuesto a darles esa prima".

Un elemento que ha indignado especialmente a los representantes de las instituciones internacionales es que algunas de estas entidades contemplan que los tenedores de participaciones preferentes pierdan todo su dinero pero que no ocurra lo mismo con los accionistas, esto es, las cajas de ahorros. "No se puede pretentder que el bail-in [rescate interno] se cargue por completo sobre las preferentes y que las acciones no sufran nada, las cajas tendrán que asumir pérdidas antes de que lo hagan sus clientes", señala otra de las fuentes.

La mayor dureza exigida al Banco de España puede traducirse en exigir esos sacrificios a las entidades accionistas de estos bancos, pero también en unas mayores inyecciones de capital público que eleven la factura final del rescate europeo por encima de los 40.000 millones estimados por el Gobierno. Esto es algo a lo que se opone el Ministerio de Hacienda, ya que Cristóbal Montoro quiere que este importe sea el menor posible, ya que computará como deuda pública y, en parte, como déficit si Eurostat considera que algunas de estas ayudas son irrecuperables.

Ajustes de capacidad de hasta el 50%

La troika no sólo se muestra dura con estas entidades, que integrarán los llamados Grupos 2 (las que no pueden cubrir sus necesidades por sí mismas) y 3 (las que sí pueden cubrir su déficit por sus medios). También con las del Grupo 1, es decir, las que ya han sido nacionalizadas o intervenidas. En este caso, las críticas se refieren a los suaves recortes de plantilla y oficinas planteados en sus planes, que estas instituciones consideran que deben ser mucho mayores para minimizar el coste de su rescate para el erario europeo. De hecho, las van a obligar a vender o cerrar todos sus negocios que no sean el básico minorista.

"Estas entidades pretenden que con un pequeño ajuste, el 'banco malo' y una mejora de la economía, sus problemas se van a solucionar. Pero todos los planes de este tipo han fracasado. La troika no entiende cosas como el lanzamiento de EVO Bank por NovaGalicia y quiere que los recortes sean mucho más duros antes de darles el dinero", según la primera de las fuentes citadas. Según otras fuentes, estos ajustes pueden llegar al 50% de la capacidad anterior al inicio de la crisis, aunque el porcentaje varía mucho de unas entidades a otras. 


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