 |  | Desde el entendimiento, con la intención de crear un entorno en el que el diálogo sea para todos y para el fomento de la solidaridad entre compañeros. |
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Un año más se celebrará el día internacional de la mujer, que nació en memoria de 120 mujeres que fallecieron el día 8 de marzo de 1857 en una protesta por sus bajos sueldos y pésimas condiciones de trabajo. Pero desde ya hace alguna década, el día 8 de marzo ha quedado fijado como el DÍA INTERNACIONAL POR LOS DERECHOS DE LA MUJER.
Pese al tiempo transcurrido y en pleno siglo XXI seguimos teniendo la necesidad de movilizarnos en favor de esos derechos, porque queda mucho por hacer en el reconocimiento de la igualdad de hombres y mujeres, tanto en el ámbito social como laboral.
Estamos en una empresa en la que, como en muchas otras, no parece que exista diferencia salarial entre hombres y mujeres, pero no debemos de engañarnos. Simplemente con analizar el organigrama e ir subiendo en la jerarquía, podremos observar que en una empresa en que el número de mujeres es superior al de hombres, el número de mujeres en los puestos altos del organigrama es muy inferior. Y en algunos escalones del cuadro de mando incluso anecdótico o inexistente. Lo que demuestra que el “techo de cristal” existe y esto es una forma de discriminación.
La discriminación no toda es tangible como el salario, estudios recientes se están centrando mucho en la salud por la “carga mental” que supone a la mujer trabajadora conciliar su vida familiar y laboral. La carga mental es un peso invisible que se genera por el esfuerzo mental constante y deliberado que llevan a cabo las personas al ser las responsables de que todo fluya en casa (compras, hijos, estudios, menús, etc.) añadiéndole en nuestro caso la presión en el trabajo. Según un estudio reciente el 71% de las mujeres y el 12% de los hombres experimentan la carga mental por compaginar hogar, hijos y trabajo.
En este día, como todos los días del año, las fuerzas sindicales tenemos que tomar medidas para derribar las diferencias laborales entre trabajadores y trabajadoras y dentro de estas medidas debemos poner énfasis en la conciliación de la vida familiar y laboral que en teoría afectan por igual a hombres y mujeres, pero en la práctica no está siendo así. Afortunadamente cada vez hay más hombres y mujeres que practican la igualdad, pero queda mucho camino por recorrer.
Los sindicatos también debemos dar ejemplo de ello. Hombres y mujeres pueden, y deben, aportar mucho, tanto por sus puntos de vista como por las diferentes formas de hacer.
Se adjunta en el siguiente gráfico la representación sindical y su distribución por géneros en Liberbank.
En STC-CIC estamos abiertos a la colaboración de
cualquier trabajador sin distinción de
género.
El
compromiso de STC-CIC, como no podía ser de otra forma, es trabajar
cada día en contra de las desigualdades
de género y para encaminar siempre nuestras acciones a prevenirlas y
erradicarlas.
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