De la ‘contrastada solidez’ a despidos por ‘causas económicas’
OviedoDiario
21 octubre, 2012
En solo 22 días, Liberbank ha pasado de ‘presumir’ de una saneada situación financiera y una “contrastada solidez”, a justificar un plan de ajuste que mandará a casa al 60% de la plantilla (formada por 5.500 trabajadores), alegando “causas económicas y productivas”. La entidad pretende lograr un ahorro de entre 80 y 100 millones de euros rebajando sueldos (hasta el 40%) y jornadas (al 50%), aplicando EREs rotativos de doce meses que afectarán a toda la plantilla a lo largo de tres años y eliminando complementos y beneficios sociales. Todo, para cubrir una mínima parte del ‘agujero’ destapado por la auditoría de Oliver Wyman, quien desveló que Liberbank necesita al menos 1.000 millones de euros para sanear sus cuentas. Las circulares de la dirección de Liberbank, remitidas a sus trabajadores, a las que ha tenido tener acceso OviedoDiario, y que por su interés informativo, publica hoy este periódico, desvelan la nueva estrategia de la entidad.
Cuatro días antes de hacerse públicos los resultados del ‘examen’ de la solvencia de las entidades españolas, Liberbank trató de tranquilizar a sus empleados, remitiéndoles una circular en la que defendía su “contrastada solidez en un escenario económico más adverso aún que el actual”, frente a las informaciones filtradas a medios de comunicación que desvelaban su necesidad de liquidez. El banco sostenía entonces que la captación de capital privado, la venta de activos y el traspaso de sus activos tóxicos al ‘banco malo’ creado por el gobierno, serían suficientes para no tener que recurrir al Fondo de Reestructuración Bancaria, el ‘rescate’ del gobierno. Oliver Wyman ‘desmontó’ en su informe los argumentos de Liberbank, que en las últimas tres semanas ha cambiado radicalmente su ‘versión oficial’, además de romper, definitivamente, cualquier posibilidad de fusión con Ibercaja. Su posible socio canceló la operación al conocer las ‘necesidades’ del grupo liderado por Cajastur. Esta semana, en una reunión con los sindicatos CCOO, UGT y CSICA (quienes firmaron el convenio laboral, rechazado por CIS y STC), Liberbank les trasladó un extenso listado de recortes, alegando problemas económicos y baja productividad, poniendo sobre la mesa un ERE rotatorio que afectaría al 60% de la plantilla, el cierre de oficinas, la reducción de los salarios ‘base’ al mínimo contemplado en el convenio de las cajas, las jubilaciones parciales y despidos en filiales.
Aunque en los documentos, estas medidas se presentan como ‘propuestas’, no serán consensuadas con los sindicatos ni se trata de las condiciones iniciales de una negociación. Es el anuncio de una decisión firme, como fue trasladado a los representantes de los trabajadores. “Este conjunto de acciones es necesario para alcanzar una eficiencia comparable a los competidores que permanecerán en el mercado”. En otras palabras, sin recortes, Liberbank no podría ‘sobrevivir’. El cambio de estrategia (de la solvencia a las necesidades), sorprende aún más cuando la entidad pone como excusa “la actual situación de crisis y su impacto en la actividad”, mientras que hace un mes se proclamaba solvente. “Desde hace meses se han ido aplicando medidas para aumentar la eficiencia y la competitividad”. Para los sindicados, la directiva de Liberbank, ‘acorralada’ por las conclusiones de la auditoría, está interpretando los datos (pérdidas) a su antojo para justificar un durísimo ajuste de personal que no tiene nada que ver con la competitividad o la crisis, sino con la situación real de las cuentas, ‘maquilladas’ hasta la intervención de los auditores enviados por el Banco de España. El recorte de personal anunciado se suma al realizado en Liberbank en los últimos años, y que supuso la eliminación de 400 puestos directivos de la red comercial (oficinas), junto a la supresión de otros 200 en sus servicios centrales. Liberbank destaca que estas medidas “no han sido traumáticas”, al recurrir en el 80% de los casos a las prejubilaciones. Sin embargo, ahora no habrá distinciones. Toda la plantilla pasará por un ERE, verá reducidos sus sueldos y su jornada, y verá congeladas las aportaciones a los planes de pensiones.
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