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El pasado día 15 de los
corrientes, la empresa comunicó a las secciones sindicales las condiciones que
ofrecerá a los posibles AFECTADOS
por el denominado Plan de Bajas Voluntarias Incentivadas, y resalto el término
“afectados”, porque desde mi personal punto de vista, la aceptación de las
condiciones ofrecidas afectaría de forma bastante negativa a aquellos
compañeros que tomen la decisión de adscribirse a este plan. Aunque claro, las
circunstancias de cada uno son muy variopintas y habrá a quien le interese. Tan
solo es cuestión de hacer números y tomar la decisión que más convenga.
Pero más que entrar en el
fondo de estas condiciones, me gustaría comentar la forma en que se ha hecho, y
especialmente, los términos y argumentos que la empresa ha esgrimido en la
comunicación a los sindicatos. Para ello voy a analizar algunas de las frases
que se han vertido por parte del inspirado redactor de la empresa:
1.
“…dar
cumplimiento a determinadas expectativas de este colectivo acostumbrados a
estos sistemas en sus Cajas de origen, por las cuales se permitía el acceso a
la jubilación de una forma anticipada,…”.- Pues bien, no creo que los trabajadores del colectivo afectado
estemos acostumbrados a estos sistemas de jubilación anticipada, entre otras
cosas, porque para estar acostumbrado a algo hay que haberlo experimentado de
forma repetida y continuada; y ninguno de los afectados nos hemos jubilado anticipadamente
antes. Sí hemos visto a otros compañeros cesar su actividad laboral en la
empresa antes de su edad de jubilación, pero en la mayoría de los casos no han
sido jubilaciones anticipadas, sino despidos, aunque claro, con derecho a
percibir prestación por desempleo y otras ayudas oficiales. Lo que ahora se nos
ofrece es otro despido, pero sin derecho a paro y que además tenemos que
solicitar nosotros voluntariamente; porque sí, porque nos ofrecen unas
condiciones tan estupendas para afrontar el resto de nuestra vida, que no dudaremos
en solicitarlas. : ¡por Dios! ¿Quién podría despreciar una oportunidad como
ésta?
2.
“…los
trabajadores de mayor edad, cercanos a la jubilación, registran un cansancio y
desmotivación superior, a consecuencia del mayor recorrido profesional y de la
incertidumbre del futuro inmediato. Todo ello, no cabe duda, supone una
minoración en el rendimiento…”.-
Pues no, miren ustedes, no puedo estar de acuerdo con esa afirmación, como
tampoco lo estarán muchos de los trabajadores de esta entidad. ¿De dónde se
sacan que la desmotivación viene marcada por la edad? Por si no lo saben, que
creo que sí son totalmente conscientes de ello (a pesar de su perezosa actitud
para realizar la evaluación de riesgos psicosociales a que les obliga la Ley y
que aún no han realizado), la desmotivación que existe entre la plantilla de
esta empresa no se centra única y exclusivamente en los trabajadores nacidos
antes del 1 de enero de 1959. Y por si no lo saben, que creo que sí lo saben,
la inmensa mayoría de los trabajadores de Liberbank estamos desmotivados,
independientemente de nuestra edad. Y por si no lo saben, que sí lo saben, la
desmotivación tiene su origen en el nefasto trato a que nos vemos sometidos,
tanto en el terreno de lo personal como en el de las relaciones laborales, que
en los últimos años, desde que somos Liberbank, estamos sufriendo en nuestras
carnes y en nuestros bolsillos, tanto nosotros como nuestras familias, mientras
vemos cómo los miembros del Consejo de Administración, nuestros “padres
protectores”, perciben remuneraciones anuales de seis cifras. Aun así y a pesar
de la desmotivación que ustedes nos han provocado, sepan que mantenemos nuestra
profesionalidad y seguimos trabajando con dedicación , eficacia y eficiencia,
intentando atender y mantener a nuestros clientes, a pesar de las decisiones
comerciales que ustedes adoptan y que dificulta mucho, no ya la captación de
nuevos clientes, sino el mantenimiento de los que teníamos.
Y hablando
de los miembros del Consejo de Administración, esos que han aprobado este plan
de bajas voluntarias: prácticamente la mitad de ellos nacieron antes del 1 de
enero de 1959, algunos incluso son de 1938 y están presidiendo la entidad, y otros nacieron unos meses después de la
fatídica fecha y ejercen como Consejero Delegado, por lo que es evidente
que también están cansados, desmotivados
y con un rendimiento muy reducido. ¿Qué hacen ocupando aún esos cargos?
Deberían dar ejemplo a la plantilla y acogerse a este plan de bajas, aunque por
supuesto, en las mismas condiciones. Pero claro, aunque algunos están muy
cercanos a los 80 años de edad, es evidente que no sufren esos terribles
efectos motivados por el cansancio, la desmotivación y el bajo rendimiento:
¡porque son inmunes a ello!
3.
“…realizados
los correspondientes estudios económicos que permiten la viabilidad del Plan… ,
y hacerlo por lo tanto compatible con la situación económica y organizativa de
la Entidad…”.- Es decir, que
según se nos indica, hay dinero suficiente para afrontar la viabilidad de este
Plan. Como también parece haberlo para afrontar los enormes costes que supone el
tan necesario e imprescindible cambio de imagen, de logotipo, de letreros, etc…,
nueva imagen que será muy duradera, porque todos sabemos que no hay ninguna
posibilidad de que en un futuro próximo nos veamos envueltos en otra fusión, o
incluso en una absorción. ¿O no?. Y también hay dinero suficiente para proceder
a la adquisición de dos edificios en Madrid destinados a albergar los Servicios
Centrales, como han anunciado públicamente. Y como “andamos sobraos”, tampoco
hay problemas económicos para abonar dividendos a los accionistas, anteponiendo
los derechos de estos a la obligación de pagar los salarios adeudados a los
trabajadores, que suponíamos tenían prioridad.
Aunque
por otro lado todos sabemos que la empresa nos adeuda salario que nos detrajo
indebidamente durante el último semestre de 2013, tal y como han declarado dos
sentencias: una de la Audiencia Nacional y otra del Tribunal Supremo. ¿A qué
espera para abonarnos ese dinero? Si hay medios económicos suficientes para
afrontar todo lo anterior, está claro que no
nos lo abonan porque no quieren, no porque no puedan. Y esto, señores,
es una de las principales causas de la desmotivación que sufrimos la inmensa
mayoría de los trabajadores de Liberbank, y no solo los nacidos antes del 1 de
enero de 1959.
4.
Y
finalmente, sin entrar a analizar a fondo las condiciones ofertadas,
sencillamente y bajo mi personal opinión, según nos afecta a mi familia y a mí,
opino (porque a pesar de mi edad aún puedo pensar) que después de haber
trabajado durante 36 años en esta empresa, y con las expectativas que los de mi
colectivo nos habíamos hecho de cara al momento de nuestra jubilación y su
repercusión en el resto de nuestras vidas, presentarnos esto que nos ofrecen
ahora, que por término medio supone una reducción de nuestros ingresos netos
cercana al 50% y que sin duda repercutirá sobre nuestra pensión de jubilación, representa
un auténtico “premio” a nuestros esfuerzos durante tantos años. La salida que
nos ofrecen no parece muy digna para este colectivo que lo hemos dado todo por
las cajas, esas que ahora ya han desaparecido y han sido reconvertidas en
bancos y compañías de seguros gracias al sabio proceder de nuestros máximos
dirigentes, tan expertos y amantes de las cajas de ahorros, esos que siempre
han demostrado su gran mentalidad de caja. Pero en fin, lo cierto es que al
ofrecernos estas condiciones no nos han defraudado, como es habitual en ellos,
porque es exactamente lo que esperábamos. ¡GRACIAS!
Y como conclusión y resumen
finales tan solo expresar es que esta oferta que nos ofrecen, tanto en el fondo
como en la forma, no es más que una falta de respeto hacia los AFECTADOS, una más de tantas como
venimos sufriendo en los últimos años. Por tanto, cuando me citen a la
correspondiente entrevista para informarme y ofrecerme “su” plan, lo primero
que haré será exigirles que previamente me pidan disculpas por las afirmaciones
que han vertido sobre mí y el resto de los compañeros de mi colectivo.
Y quede claro que lo
expresado en esta carta abierta no implica necesariamente la opinión oficial de
mi sindicato, que ya hará su propio análisis del plan y sus condiciones. Lo que
acabo de expresar lo hago a título meramente personal, aunque creo no
equivocarme si afirmo que también recoge la opinión de la inmensa mayoría de
los trabajadores de Liberbank, y creo haber hablado en nombre de ellos como uno
de sus representantes en los Comités de Empresa, en cuya calidad también me he manifestado.
En Cáceres, a 21 de octubre de 2015.
Fdo.: Antonio José García Román
DNI
6.969.018H
1222-Arroyo de la Luz.