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sábado, 18 de junio de 2011

INFORMACION DE PRENSA

CapitalMadrid.com


Unicaja critica que "el traje a medida se ha convertido en un uniforme"

MAFO rechaza las peticiones de las cajas para una mayor flexibilidad en las exigencias de capital

El supervisor considera que la necesidad de reformas implica cumplir con los plazos anunciados
M. Á. V.– En el mismo foro utilizado por las cajas para reclamar flexibilidad en el cumplimiento de las neuvas exigencias de capital, el curso de la Apie en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, el Banco de España justificaba la negativa a esas peticiones. El subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, argumenta que aunque se respetan todas las opiniones en relación a dar más flexiblidad para la  reestructuración de las cajas, la entidad supervisora debe velar por los intereses generales de España. El Banco de España, gobernado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), considera que la única manera de combatir la incertidumbre existente en los mercados en mediante reformas patentes, nítidas y bien definidas. En este caso, hacer la situación más flexible choca con esas exigencias de reformas. Así justificó Javier Aríztegui que los plazos se mantegan.
Las cajas de ahorros, inmersas en el proceso de concentración y de bancarización, coinciden en que los plazos fijados por el Banco de España y el Ministerio de Economía  Hacienda para cumplir con las nuevas exigencias de capital son demasiado asfixiantes. Y han pedido al Banco de España que sea flexible y tenga en cuenta la situación de cada caso y las circunstancias de los mercados internacionales. El presidente de CajAstur e impulsor de Effibank (con Caja Cantabria y Caja Extremadura), Manuel Menéndez, aprovechó su intervención en el curso de la Apie en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander para hacer pública esa petición, que fue matizada por algunos de sus colegas, como el presidente de Unicaja (en proceso de integración con Caja España Duero), Braulio Medel, el de Caja Murcia y de BMN (en el que participan la balear Sa Nostra, Caja Granada y Caixa Penedés), Carlos Egea, el de IberCaja, Amado Franco, y el de BBK (que está fusionándose con Kutxa y Vital), Mario Fernández.

Braulio Medel critica que "el tratamiento que están recibiendo las cajas no es respetuoso con un siglo de historia ejemplar, y la crisis no justifica el olvido de esa historia", y recuerda que a pesar de las dificultades, estas entidades han aportado 14.000 millones de euros a la Obra Social. Y señala varias "paradojas" en la nueva normativa. La primera, "la aversión a que entre capital público español en las cajas, que contrasta con que se busque con fruición a loa fondos soberanos, que son capital público, extranjero, pero público". Más argumentos. Si a los bancos se les hubiera elevado las exigencias de capital como a las cajas ("se nos ha pedido un 25% más de capital principal" al pasar del 8% al 10%), sus necesidades de capital serían de 16.700 millones de euros., frenet a los 15.100 millones de las entidades de ahorro. Medel recuerda que "las cajas no generan riesgo sistémico" y también que "las cajas alemanas son públicas, van a seguir siendo públicas, y no tienen que sufrir una sobreexigencia de recursos propios".

Además, el presidente de Unicaja discrepa de su colega de ‘la Caixa' y de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (Ceca), Isidro Fainé. Donde uno ve cuatro modelos (caja, ejercicio indirecto como banco, fundación de carácter especial y el Sistema Institucional de Protección, SIP), el otro cree que "el traje a medida se ha convertido en un uniforme obligatorio para todos", porque "todas las cajas menos dos (Caixa Pollensa y Caixa Ontnyent) se han bancarizado".
Medel cree que "si no se hubiera subido del 8% al 10% las exigencias de capital a las cajas, el problema de la salida a Bolsa no existiría". Para el presidente de Unicaja, "hay interés de fondos soberanos y de inversores privados por entrar en las cajas, pero la cuestión es el precio". El presidente de Unicaja rechaza que las nuevas exigencias de capital obliguen a malvender activos, "para nada", pero sí que "la situación puede llevar a que se puedan vender unas cosas a un precio, y lo malo de adoptar un precio hoy es que no se sabe si será bueno o malo en el futuro", "Aunque las cajas no tienen propietarios que vayan a protestar por el precio al que se venden, hay una responsabilidad social y unos intereses que defender", concluye.

Manuel Menéndez solicita al Banco de España flexibilidad en el cumplimiento de las nuevas exigencias de capital, para que las cajas no se vean obligadas a malvenderse por la presión de los plazos. El presidente de CajAstur y promotor de Effibank considera que "no debe de haber un calendario único" para terminar la recapitalización de las cajas, sino que el Banco de España "debe estar abierto a la flexibilidad" y gestionar cada caso en función de la situación concreta de cada caja.
"No deberíamos tener problemas en encontrar ahora el capital que necesitamos. Pero el factor tiempo influye, porque los inversores saben que las cajas españolas tienen premura y pueden aprovechar para pedir descuentos", argumenta. Menéndez  señala que, aunque las cajas no tengan accionistas, el precio es fundamental para proteger la Obra Social. "El porcentaje de payout que se va a llevar la Obra Social es inversamente proporcional al precio al que se van a vender las cajas".

El presidente de CajAstur reconoce que "a los inversores es cuesta creer que los balances que ven son reales y que no hay descuentos añadidos que hacer por el sector inmobiliario". "Estas dudas son injustificadas, pero aún así hay que hacer esfuerzos para disiparlas. También hay incertidumbres sobre el futuro, sobre cómo será la cuenta de resultados en los próximos años, por el problema de los márgenes", añade. Pero las cajas deben "ajustar rápidamente sus estructuras de costes" para ser más atractivas ante los inversores.
"También debe contemplarse sin complejos una mayor aportación de recursos públicos, si es que se necesitan, a las cajas. No estoy pidiendo más participación pública en las cajas, que dependerá de cada caso, pero sí recuerdo que se han utilizado muchos menos recursos públicos que en otros países", razona Manuel Menéndez.
Pero discrepa de su colega de Unicaja sobre el uniforme: "a mí nadie me ha obligado nadie a convertirme en banco, y CajAstur fue la primera caja en crear un banco, Banco Castilla La Mancha, el primer SIP en mutualizar el 100% de los beneficios y en segregar la totalidad de los activos y pasivos de las entidades".

Carlos Egea, presidente de Caja Murcia y de BMN, señala que "las cajas están viviendo el momento más crítico de su historia, la transformación más radical" y recuerda que el éxito de las cajas españolas "no tiene parangón en el mundo" y que "el proceso de concentración bancaria ha tardado una década, cuando el de las cajas se ha hecho en un año". BMN comenzó a buscar accionistas privados desde mucho antes de las nuevas exigencias de capital, y mantiene una doble estrategia de captación de inversores y de preparación de la salida a Bolsa para el 20% del capital. "Las negociaciones con family offices españoles, private equity y otros inversores institucionales extranjeros, y fondos soberanos se concretarán las próximas semanas, y en julio tendremos un precio". Egea cree "importante" que las cajas tengan capital privado, aunque comprende que "vendría muy bien tener plazos mayores".

Amado Franco, presidente de IberCaja, constata que los flujos de financiación mayorista a las cajas "serán menores en el futuro" y cree que los esquemas de protección de activos "son mucho más efectivos que cualquier prueba de estrés". "Si hay incertidumbre sobre la evolución de los riesgos de una entidad, tiene que haber un esquema de protección de activos" Franco cree que "hay una infraestimación del valor de las cajas, pero también por entrar en ellas". Respecto al tiempo necesario para cumplir con las nuevas exigencias de capital, considera que "un plazo perentorio es mucho más incómodo, pero alargarlo puede ser interpretado por los mercados como un signo de debilidad del sistema financiero español".

Mario Fernández, presidente de BBK, se muestra partidario de una "cierta flexibilidad" en el cumplimiento de las nuevas exigencias, "dentro de un orden", porque "los plazos coinciden con una situación de los mercados totalmente ajena a España y producida porque el BCE y Alemania no saben qué hacer con Grecia". También apoya que haya más dinero público, "si es necesario", porque en España no se han nacionalizado entidades ni se han creado bancos ‘malos' como en otros países de Europa. Y discrepa del presidente de Unicaja: "hay libertad para elegir entre cuatro modelos". "En Italia el proceso de privatización de las cajas tardó ocho o nueve años, aquí han sido meses", señala, al tiempo que destaca que "el proceso de bancarización es irreversible por exigencias de los mercados, pero no supone renunciar a las raíces de las cajas".